lunes, 9 de marzo de 2009

EDITORIAL Nº 1


Si la educación no sirve para formar niños más felices, entonces sería necesario revalorar la importancia que se da socialmente a esta actividad.

Por supuesto que la afirmación anterior suena temeraria cuando en la plática informal, los noticiarios y la prensa, continuamente surgen palabras como productividad, desempleo o crisis, que son capaces de despertar inquietud en nosotros o la franca angustia al pensar en el futuro que le tocará vivir a hijos e hijas. Una preocupación legítima que hace fácil otorgarle a los aprendizajes de la infancia un carácter utilitario, dejando de lado el carácter formativo integral que realmente debe tener para el logro de individuos plenos, satisfechos y capaces de disfrutar las mejores cosas que da la vida.

Atiborrar los pequeños cerebros con mera información parecería, más bien, el burdo argumento de una mala película de ciencia ficción. ¿Tanta dedicación, esfuerzo, tiempo y cariño dedicados para lograr sólo eso?

Es muy probable que en más de una ocasión hayamos imaginado cómo queremos ver a ese pequeño o a esa pequeña al cabo de unos años. Seguro que en tal ejercicio imaginativo lo que desearíamos encontrar es a hombres y mujeres capaces de colaborar con los demás y trabajar en equipo; seres solidarios y respetuosos que piensan en sus propias personas y también en las demás; gente que aprende día con día, pero con la aptitud para tomar decisiones certeras acerca de los derroteros que seguirán. Dotar a pequeñas y pequeños de las herramientas necesarias para emprender con éxito esa aventura de que se trata la vida, es tarea de la educación.

Participar en ello es el principal propósito del equipo que hace Kindergarten y por tal motivo, entre sus artículos, trata el llevado y traído tema de las competencias en el nuevo enfoque educativo. Sin ninguna relación con justas deportivas o rivalidades entre contrincantes, se trata de las habilidades y destrezas a desarrollar para el logro de más y mejores aprendizajes. Capacidades que son el sólido cimiento para un proceso que apenas comienza en los primeros años pero que, si como padres conseguimos el objetivo, continuará y enriquecerá a nuestros hijos e hijas por siempre.

Cuando tenemos claro que no podremos resolverles todo y todo el tiempo, puesto que al crecer serán seres independientes, es momento de reflexionar sobre lo que realmente esperamos de la educación que estamos ofreciéndoles. Demos las herramientas... hijas e hijos harán lo suyo.

1 comentario:

  1. Definitivo, una revista educativa dirigida a este nivel que contemple el rol de padres y educadoras hacía falta, pues representa un apoyo para conocer acerca de diversos temas y servicios tomando en cuenta la verdadera educación integral la cual se logra en vinculación estrecha entre padres y maestros.
    Felcidades, es una propuesta excelente.

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